CICLO DE CINE COLOMBIANO "La Langosta Azul"

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Pereira, Colombia

domingo, 18 de mayo de 2008

MAYO 16 - CÓNDORES NO ENTIERRAN TODOS LOS DÍAS, Francisco Norden, (1984)


Por: Kalia Ronderos

Cóndores no entierran todos los días, del director Francisco Norden, estrenada en 1984, es un largometraje ficcional basado en la novela del mismo nombre del escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal. Con este film sobre la violencia de los años 50, ganó premios en los festivales de cine de Biarritz, Chicago, Huelva, La Habana, Bienal de Bogotá y Figuereira da Foz.

Creo pertinente realizar un acercamiento a la lectura de este film, pensándolo como una vuelta a la memoria, donde algunos de los artistas colombianos como Santiago García,  Carlos José Reyes en teatro y más adelante el mismo Norden en cine, buscaban generar un arte político y reflexivo en el cual  hallaron, además,  una forma y un medio para hablar sobre los procesos históricos vividos nacionalmente.  Es una generación que pensaba en su historia, que pretendía que ésta no pasara de largo, como aún sigue siendo, y en un emprendimiento creativo e intelectual desarrollaron este film y obras de teatro como Soldados o Guadalupe años sin cuenta. Las temáticas de violencia e intolerancia señalan constantemente la injusticia, la lucha por el poder y el dominio económico. 

Como parte del contexto actual colombiano, el paramilitarismo, el terrorismo de estado y la lucha armada en Colombia, hacen parte de un largo proceso de guerra que no responde a condiciones aisladas, sino que al contrario, es resultado de una acumulación de hechos que han provocado el estado actual de guerra.  Creo pues importante remarcar que históricamente la carencia de una memoria, de un reconocimiento del pasado, hacen que la violencia colombiana se haya consolidado como endémica, convirtiéndose hoy en uno de los países con mayor índice de desapariciones, muertes y asesinatos, como forma de dominio político.

Hechos como la masacre de las bananeras, el Bogotazo, el exterminio de la UP, la ola del sicariato y hoy el paramilitarismo, muestran una clara falta de memoria y compromiso con el país.  Gustavo Álvarez Gardeazábal, dentro de la mesa redonda "La novela de la Violencia" en la cátedra Jorge Eliecer Gaitán organizada en la Universidad Nacional de Colombia, realizó una comparación entre la novelística de la Violencia en Colombia y el proceso de la novelística de la Revolución Mexicana: "De la Revolución Mexicana todos saben lo necesario: sus detalles, sus fracasos, sus crímenes, sus personajes. Es historia patria y forma parte funcional de la educación de todo joven mexicano. En cambio, de la Violencia en Colombia ni los hijos ni los nietos de las víctimas conocen el fenómeno. Apenas si recuerdan que a su padre o a su hermano, a su tío o a su abuelo los mataron por cuestión política. Lo demás no interesa o al menos no se refleja exteriormente. El olvido que les impuso el sistema ha sido casi mágico: huérfanos de la Violencia, desterrados de sus tierras, viudas desamparadas, todos olvidaron prácticamente todo. El proceso de las democracias hereditarias colombianas ha hecho lo demás. Nadie asusta al contrario con el espanto del asesino o del instigador principal. Las fronteras de los partidos se fueron perdiendo y el odio que podía haber mantenido la fábula desapareció por encanto".

Creo pues, que hoy podemos ver figuras tan antiguas y violentas como las que relata Norden en su película con Los Pájaros, en agrupaciones como las llamadas “Las Águilas Negras” o en acciones como las masacres, los asesinatos, las mutilaciones o la aparición de cuerpos en los ríos, entre otras. Es un proceso que desde inicios del siglo XX se ha mantenido latente, conviviendo en nuestro imaginario colectivo, pero frente al cual,  paradójicamente, no hemos tomado conciencia, volviéndonos así, irreflexivos,  y manteniendo una posición pasiva y poco crítica frente a nuestra realidad. Norden con su película hace un llamado al pasado, colocándonos frente a un hecho histórico concreto que también nos habla de nuestro presente; nos abre un espacio para la reflexión.


Por: Diana Gutiérrez

“Cóndores no entierran todos los días” de Francisco Norden, estrenada en Colombia en 1984, narra la historia de Ángel Maria Lozano alias “El Cóndor”, un hombre que motivado por su causa política, se encargó de dirigir el asesinato de los liberales de Tulúa, municipio Vallecaucano. Ésta vez, utilizando la forma del cine de ficción, Norden recompone la historia del líder de Los Pájaros, “El Cóndor” y dispone su narración en una línea de acciones cronológica y hechos que suceden bajo el modelo canónico del cine clásico, por causa – efecto. El film, sistematiza además varios de los elementos de este modelo clásico, en el que se lucha por un objetivo: la toma del poder por parte de uno de los dos partidos (liberales y conservadores). Entre el planeamiento y la resolución, acontecen toda una serie de acciones, situaciones y hechos que desarrollan la historia (asesinatos a los liberales de la región, toma del poder por parte de los conservadores, posición de la iglesia, amenazas e intimidaciones a los conservadores que quedan en la región, atentado – envenenamiento a Ángel María Lozano), hasta la resolución final que termina con la muerte del protagonista.

Hablar de esta película nos lleva, irremediablemente, a hablar del cine político en Colombia, país cuya industria cinematográfica se ha formado de manera aislada, bajo cuestiones ideológicas y de presupuesto particulares en cada director –apoyo estatal, cine independiente, estudiantil, político, comercial-, ésta misma falta de unidad no ha permitido institucionalizar una u otra tendencia más fuerte que la otra, sin embargo, el intento de Norden con películas como Cóndores…. y Camilo el cura guerrillero, que hacen referencia a la situación política de las décadas del 60 y 70, son revelantes no sólo para la historia del cine colombiano, sino para pensar en el cine como herramienta de reflexión, más allá del espectáculo y de su calidad lúdica, objetivos del cine político. “Cóndores no entierran todos los días”, toca el tema de la violencia partidista en Colombia en un momento de radicalismos políticos e ideológicos, que desencadenaron el periodo más largo de violencia en el que permanece el país desde hace más de una cincuentena de años.

La iglesia es uno de los focos en los que centra la película, en el que se puede ver también esta radicalización y polarización ideológica al ponerse del lado del conservatismo; la iglesia es la institución moral que condena a los liberales y celebra el modo de proceder de los conservadores; la frase célebre de León Maria Lozano “Es cuestión de principios”, es quizás, la más diciente y en la que se encuentra reunida todas las claves para la interpretación. Este hombre que en principio se ha mostrado tranquilo, trabajador y con principios inviolables y radicales de lealtad a  su partido, se transforma poco a poco en el cabecilla de “Los pájaros”, y, es por este mismo código ético que lo rige, que se convierte en un asesino. Cóndores es una película que a pesar de las condiciones en las que se produce, alcanza un alto nivel de análisis del origen del conflicto en Colombia, lo que la convierte en un documento valioso y de revisionismo histórico en la actualidad, provocando críticas y debates en torno al tema de la violencia.


BOLETÍN DE PRENSA No 002
COLECTIVO COLOMBIANO DE CINE

Buenos Aires, Mayo 19 de 2008. Se presentó exitosamente en el auditorio de la Universidad del Cine la segunda función del cine club La Langosta Azul. Esta vez el C3 (Colectivo Colombiano de Cine) coordinó la proyección de la película “Cóndores no entierran todos los días” del director Francisco Nórden, estrenada en Colombia en 1984.

La función contó con asistentes no sólo colombianos.  Fue notoria la participación de personas de varias nacionalidades como Argentina, Brasil y Estados Unidos. “Es importante saber y ver cómo en las películas se ve reflejada la problemática y la realidad social y política no sólo de un país como Colombia, sino que tenemos la oportunidad de vernos como latinoamericanos, aquejados por las mismas cosas y con problemas de alguna manera parecidos”, puntualizó Cecilia Bernini de nacionalidad Argentina.

Los jóvenes y estudiantes que se acercaron a la proyección, expresaron igualmente la urgencia de continuar con éste tipo de actividades relacionadas con la cultura colombiana en Buenos Aires, pues lejos de su país, ésta se convierte en una alternativa para seguir en contacto con sus raíces y avanzar en procesos de integración latinoamericana. “Tenemos no sólo que ver el cine, sino pensar en él, y reconocer nuestra historia para empezar a hablar de ella”, anotó la colombiana Carolina Arango.

Las funciones del cine club se realizarán todos los viernes a las 4:00 p.m en el mismo espacio. El día 23 de mayo, fecha de la próxima proyección, se presentará la película “Tiempo de Morir” de Jorge Alí Triana.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta pelicula nos da una idea de los inicios de la violencia partidista en Colombia...nos muestra con un lenguaje sencillo y descriptivo la realidad vivida en esa època cuàndo el radicalismo polìtico entre conservadores y liberales era el ùnico motivo de orgullo y era respaldado a muerte por los partidarios de cada bando;ahora èsto nos parece casi que ridìculo pero no podemos olvidar que es nuestra historia, la historia de nuestra querida Colombia. Gracias a las personas que estàn haciendo tan loable esfuerzo de permitir a todas las personas residentes en Buenos Aires apreciar èstas joyas del cine latinoamericano .
Atte, Bertulio Garcia

Anónimo dijo...

Hola amigos del cine club. escribo porque me siento muy agradecido por el espacio que le están brindando a los que estamos viviendo en buenos Aires, que somos colombianos que extrañamos nuestra patria. esta función de la película condores no entierran todos los dias me devolvio a mi pais porque me mostró su historia y porque compartí con compatriotas. gracias y felicitaciones.

Anónimo dijo...

hola! me alegra de sobremanera la intesión de este grupo de personas de la cual desde hoy hago parte, de llevar al publico latinoamericano concentrado en la ciudad de buenos aires peliculas de gran importancia de la cultura y la historia de nuestro país. una radiografia interesante a la que no hay que faltar. me gustaria agregar las peliculas que hacen falta para que las proyecten en un futuro: Agarrando pueblo de Carlos Mayolo y Luis Ospina; Milagro en Roma de Lisandro Duque; Técnicas de duelo de Sergio Cabrera; El embajador de la India de Mario Ribero; Carne de tu Carne de Mayolo; Garras de Oro de Jambrina. por supuesto, estamos hablando de nuestra historia, lo que vendria después sería la historia que estamos rehaciendo con el nuevo cine colombiano. ahí ya sería otra lista distinta.
un abrazo! nos vemos el viernes!

Anónimo dijo...

no sabe nada no tiene ni elementos de narracion y es lo fundamental en una publicacion tan importante como condores no se entierran todos lo dias es solo una publicacion corta y no seentgiender nada de lo que dice en palabras cortas esto es una porqueria y ya ok aat leon ds 81 del colegio 20 de julio de cali en el barrio berlin arias mandy y pulga arrecha